Para mejor desempeño del servicio de Canto y  Musica en las Celebraciones Litugicas, en que les toque servir, a los MCM Parroquiales exponemos criterios y lineamientos que deben atenderse, manifestados en documentos como el de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, llamada en latín “Sacrosantum Concilium” (S.C.) y que en su parte sobre la  música sagrada afirma:

            La acción litúrgica se reviste de una forma más noble cuando los oficios se celebran solemnemente con cantos y en ellos intervienen ministros consagrados y el pueblo participa activamente (S.C.  113).

            La Iglesia Católica reconoce el canto como un tesoro de valor inestimable, por lo que la música será más santa cuanto más esté íntimamente unida a la acción litúrgica. Por esta razón, los cantos que se escojan para la Eucaristía deben ser lo más apegados a la liturgia. (S.C. 112)

            Es necesario saber vivir intensamente la liturgia para poder entonar los cantos adecuados al Año Litúrgico.

            La liturgia es la acción en la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados (S.C. 7).

            Los textos destinados al canto deben de estar de acuerdo a la doctrina católica y más aún, deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas. (S.C.  121)

Nadie puede cambiar la liturgia, añadirle o quitarle cosa alguna por iniciativa propia, aunque sea sacerdote. (S.C. 22;3)..

COMO DEBE SER EL CANTO LITURGICO?

El canto debe usarse cumpliendo lo dispuesto en cuanto a la Misa y en cuanto a los Sacramentos.

            Es conveniente fomentar con empeño el canto en toda la acción litúrgica para que así resuenen las voces del pueblo.

            En la celebración se admiten también, en lugar de un órgano, otros instrumentos, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado y contribuyan a la edificación de los fieles (S.C. 120).

            El canto litúrgico sirve para expresar todo tipo de oración, de alabanza, perdón, petición, reconciliación, sanación, liberación.

Nadie puede cambiar la liturgia, añadirle o quitarle cosa alguna por iniciativa propia, aunque sea sacerdote. (S.C. 22;3).

           Los compositores cristianos compongan obras que presenten características de verdadera música sacra y que no sólo puedan ser cantadas por las mayores “scholae cantorum”; sino que también estén al alcance de los coros más modestos y fomenten la participación activa de la asamblea de fieles (S.C. 121). Foméntese con empeño el canto religioso popular (S.C. 118).

            Todo canto litúrgico debe expresarse con música propia y adecuada al momento que se celebra. Ningún canto litúrgico debe ser interpretado con música de temas comerciales o populares.

Parte II


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